La visión de un grupo es diferente a la visión de cada una de las partes.

La atención y el esfuerzo de cada uno de los integrantes del grupo deben estar dirigidos hacia lo que es mejor para el resultado del trabajo, y nunca hacia el objetivo de alguno de los integrantes.

En muchos casos, un integrante puede querer incorporar algo a la pieza simplemente por poner “su firma” o para que la obra tenga algo suyo. Sentir que ha contribuido una parte.

En estos casos lo que se busca es alimentar el ego, no el arte.

En su libro “The Creative Act”, Rick Rubin afirma que “creer que una idea es mejor porque es nuestra es un error por inexperiencia. El ego demanda la autoría personal, inflando a la persona a costa del arte. Puede rechazar nuevos métodos que no son intuitivos y proteger los que son familiares. Los mejores resultados se encuentran cuando nos desapéganos de nuestras propias estrategias. Todos nos beneficiamos cuando la mejor idea se elige, sin importar si es nuestra o no. Si a un artista le gusta A y a otro B, la idea es encontrar una opción C que ambos artistas sientan superior… Cuando un integrante tiene que conformarse con el objetivo de que el proyecto avance, todos pierden”.

Una forma productiva de trabajar es que el grupo no se detenga hasta que todos los integrantes estén conformes con el resultado. Si algo no gusta a alguien, se prueban ideas hasta que todos estén satisfechos. El resultado puede venir de modificar algo que está ahí y que no convence a alguien, o de eliminarlo e intentar algo nuevo.

CON QUIÉN TRABAJAR

Si luego de intentos de colaboración, notas que no hay química con otra persona, puedes considerar dejar de intentarlo. El opuesto de otra persona que hace lo mismo que tú puede no ser beneficioso tampoco. La idea es encontrar algo distinto a lo que hace cada uno. Intenta colaborar con personas que hacen cosas distintas que tú.

ALEX TOMS

EL CORTE
1 DE MARZO DE 2023

No hay verdad en lo que lees en este artículo, sólo opiniones. Conclusiones y pensamientos sobre lo que observo. Toma lo que resuene. Descarta lo que no. Cuando algo te moleste, pregúntate por qué. No es importante que estés de acuerdo. Sí es importante que reflexiones sobre estos temas. Escucha tu voz y forja tu identidad creativa.