Cuando estés creando, practicando o tocando, vas a encontrarte con “accidentes”. Una nota que tocaste sin querer, tal vez fuera de la escala que estabas usando, un micrófono que quedó abierto y grabó sonidos extraños, una parte de la canción tocada fuera de tiempo: un error. Normalmente, descartas el accidente y continúas haciendo lo que sea que estabas intentando hacer. No lo hagas.
¿Y si en vez de considerarlo como un error lo consideras una guía? Explora a dónde lleva ese nuevo ritmo, esa nota fuera de lugar, ese sonido mal grabado: eso que hiciste sin intención, pero que está ahí. Acepta la información que te ha llegado. Juega con ella. Improvisa.
En los inicios de mi dúo de improvisación de música electrónica, cuando surgían accidentes como estos, pausábamos e intentábamos analizar qué había pasado. El objetivo era descifrar cómo hacer para que esos accidentes no se repitan. Lo que aprendimos: ¡es imposible detenerlos! Y provienen de una fuente de inspiración y de ideas infinita.
Hoy tomamos a cada accidente como una semilla. Cuando recibimos uno no luchamos contra él. Lo incorporamos. Y si no queda bien en absoluto con lo que está sonando en ese momento, el resto de los sonidos e instrumentos deberán irse o cambiar para acompañar al accidente.
El accidente es ahora la semilla.
ALEX TOMS
EL CORTE
16 DE FEBRERO DE 2023
No hay verdad en lo que lees en este artículo, sólo opiniones. Conclusiones y pensamientos sobre lo que observo. Toma lo que resuene. Descarta lo que no. Cuando algo te moleste, pregúntate por qué. No es importante que estés de acuerdo. Sí es importante que reflexiones sobre estos temas. Escucha tu voz y forja tu identidad creativa.
Respuestas